COLOMBIA UN REINO IMPUNE, SALPICADO DE SANGRE Y TERROR

 

 

 

Hoy como siempre que escribo, le declaro la guerra a la poliquetería bellaca de este país, con la única arma que tengo, que es mi pensamiento.  Hoy como siempre que escribo, mi objetivo es abrirle los ojos a mis ingenuos compatriotas y aún más a los que ya dejaron de ser crédulos, para que se cuiden de aquellos que se esconden entre matorrales, disparando para silenciar a estudiantes, campesinos, sindicalistas y cualquier valiente que se le oponga al estado con la idea de una patria realmente democrática, ya que, aquí no se puede hablar con la verdad, porque firmas tu sentencia de muerte, sentencia que no dudaran las fuerzas armadas de este país (Policía, Ejército, ESMAD, SIJIN, DAS, etc.) en hacer valedera, con la excusa barata de que fue un error, un error como el que cometió el “honorable”  congreso en aprobar la reelección del culibajito de Uribe, un error que no se comete contra los asesinos que están en la selva desangrando al país poco a poco y colocando bombas y minas antipersonales en escuelas y campos colombianos, un error que no se comete contra aquellos políticos que deberían ejercer una actividad noble y desinteresada a favor de la comunidad, y que por el contrario, contribuyen a la corrupción día  tras día, hartándose con los recursos de la nación que no son destinados a la guerra, y que si fueran repartidos apropiadamente saciarían el hambre de aquellos que si desayunan no almuerzan, y que cada vez aumentan engrosando las filas de desempleados, como los que deja el seguro social, y otras empresas liquidadas por el gobierno del corazón grande y lleno de orgullo, orgullo que es pedante con el pueblo y que se pierde con la comunidad internacional, cuando los gringos abren la boca para dar ordenes, que este rezagado atiende en el menor tiempo posible. Como la última dada por estos, que era acabar con las fumigaciones con glifosato y que en un parpadeo cumplió a cabalidad, mientras sale la marioneta (Que diga ministro) de medio ambiente desesperado a buscar un micrófono para promulgar los beneficios de no fumigar. ¿Por qué no hizo públicos los beneficios antes, cuando los campesinos denunciaban tener problemas en su salud porque sus viviendas, sus cultivos (lícitos), y su agua eran contaminadas con este veneno? ¿Por qué hasta ahora cuando los gringos dieron la orden?  ¿Por qué hasta ahora ministro?.

 

Hoy como siempre que escribo un articulo, denuncio la impunidad, la cual nos somete cada día a llorar la ausencia de nuestros secuestrados que mueren en la selva y sin la esperanza de una salida a este conflicto fratricida que envuelve nuestro país, esperanza que un hombre decidió buscar recorriendo a pié el país, alojada en el corazón grande lleno de cieno y vanidad, del que habita el palacio de Nariño. Ese que después de reunirse con aquel hombre, sale a la plaza a envolver al pueblo, viéndose silbateado y tratado como “paramilitar” por aquellos que no admiten una mentira más, mientras los medios mienten tergiversando los hechos y sacando a este politiquero que trata a los manifestantes de estar a favor de la guerrilla, como un héroe, un mártir que perdió a su padre como muchos en este país a manos de los sádicos de las FARC.

 

Hoy denuncio la impunidad desde todos los campos, como la de aquellos que con una mano divulgan la existencia de un Dios y con la otra encubren a los pederastas con su ley falta de juicio y razón como lo son todos sus argumentos.

 

Hoy denuncio la impunidad (que si aun sigues leyendo te darás cuenta que existe), impunidad que el gobierno cómplice de Uribe quiere albergar en el olvido ciego, sordo y mudo de las mentes colombianas, con la carta magna de la ilegalidad bellaca llamada “ley de justicia y paz”,  o  de la verdad como le llama este pícaro, a la cual se sometieron más de 3.000 paramilitares según el gobierno y de la que solo han rendido versiones libres (Algo así como a decir lo que les conviene) 44 paramilitares, ¿O no es así fiscalito?, una ley a la cual ahora nuestro presidente “Terminator” que mete sus narices en lo que no puede (como en los otros poderes del estado), quiere sumar un nuevo articulo en el cual se juzgará a los responsables de masacres, genocidios, magnicidios, desapariciones, desfalcos a los recursos del estado y narcotráfico como sediciosos (Sedición: Alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar, sin llegar a la gravedad de la rebelión) Ahora para que quites esos ojos confundidos voy a definir rebelión según el DRAE (rebelión: Delito contra el orden público, penado por la ley ordinaria y por la militar, consistente en el levantamiento público y en cierta hostilidad contra los poderes del Estado, con el fin de derrocarlos).

 

Juzgar por sedición a los paramilitares sería burlarse en la cara, del llanto de las familias de personas desaparecidas o enterradas en fosas comunes, así como lo hicieron los congresistas que abandonaron el recinto aquel día en que las familias fueron a contarle sus penurias.  Yo me pregunto: ¿Cuándo los paramilitares han actuado en contra de este estado fascista y autoritario que ha montado Uribe? Si por el contrario ayudaron a montar a sus secuaces en el congreso, gobernaciones y alcaldías hoy salpicadas de “parapolítica”. Es lógico suponer que este nuevo articulo, decreto o como se llame esta desfachatez va a ser uno más de los que conforman la “ley de Justicia y paz”, porque los magistrados de la corte suprema de justica (véase muy bien) no tienen los “guevos” suficientes para hacer valer su autonomía ante la rama ejecutiva al mando de  este minúsculo que llaman Uribe y que más bien debería ser uribito.

 

Hoy me pregunto porque este leguleyo dice en los medios que no cederá terreno para el acuerdo humanitario, cuando si lo cedió a los paramilitares para que se reunieran con los políticos que iban a montar en el estado o más bien en su estado (¿o no te acuerdas de Ralito?), porque es de ellos y esto está demostrado en que cada vez que les da por hacer una pataleta como la de no declarar sus farsas, este gobierno cómplice manipula la ley para que estos asesinos estén bien en sus cómodas celdas.

 

Creo que todos estamos de acuerdo en no cederles terreno a los desgraciados que no se maman de jodernos la existencia, sino que siguen secuestrando, matando, dedicándose al narcotráfico así como a engrosar sus filas con los hijos e hijas de  los campesinos, sembrando minas, desplazando labriegos bajo el yugo de sus fusiles manchados de sangre al igual que sus conciencias malditas, y prometiendo falsas intenciones de paz. Pero también creo que todos estamos de acuerdo en que para lograr la libertad de los secuestrados tiene que haber un punto de encuentro entre las partes, así que gobierno y FARC siéntense a dialogar, no le mamen más gallo al pueblo, porque este se va mamar de sus mentiras y va a derramar la sangre de su historia de su maldita historia sobre ustedes.

 

 

SÓLO HAY HONRA EN LA SATISFACCIÓN DE LA JUSTICIA, POR ESO DECIMOS NO A LA IMPUNIDAD.

 

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Lectura recomendada de la semana:
Como una novela de Daniel Penac
 
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